Esperamos pronto estar contando que nos han llamado para la preasignación, pero mientras ocurre estamos viviendo esta maravillosa experiencia con los nervios propios de la espera, pronto pondremos cara y nombre a nuestro futuro hijo/a. Mientras materializo esta idea de mi cabeza en texto, el vértigo de lo inminente recorre mi espalda ya que pronto volveremos a ser padres. Recuerdo lo fascinados que estábamos y lo intensamente que disfrutamos la experiencia, ahora después de unos años la volvemos a repetir, nuestros corazones vuelven a sentir una gran emoción.